Hola! es una mini historia que escribí hace tiempo. Aviso que tengo derechos de autor, lo digo por si hay gente privada de sentido comun y ética que decida coger la historieta como suya.
No me gusta mucho cómo está escrita, pero la dejo aquí para provar a ver si a la gente le gusta. Ya la publiqué en mi blog y si que les gustó...
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¿Por qué?
Hace tanto que lo sé y no puedo dejar de preguntarme “¿por qué?” ¿Por qué soy tan débil? ¿Por qué no quieres quererme? ¿Por qué escogiste a esa? ¿POR QUÉ? “Te odio”: intento decirlo pero… no puedo sentir eso por ti. Para mí eso es imposible.
Aquella tarde lluviosa me cogiste de la mano en la puerta de mi casa y me pediste salir. Estaba tan contenta, 2 años enamorada de ti y tú al fin me hacías caso. ¿Cuánto tiempo salimos? ¿1 año? ¿Año y medio? Y entonces, ¿Por qué? ¿Por qué dejaste de sentir esto por mí? Aún recuerdo lo que me dijiste hace ahora tanto tiempo: “Lo siento, pero no siento lo mismo por ti que hace un año. No quiero hacerte daño, por eso lo mejor será que lo dejemos por un tiempo, sólo será un tiempo no llores por favor, no puedo verte llorar. Adiós. Hasta mañana.” Te diste la vuelta y me dejaste plantada en medio de la plaza. Era una quedada, pero cortaste antes de que empezara.
Y cuando te vi aquella soleada tarde de verano cogido de la mano de otra chica. Se me partió el corazón en mil pedazos más. ¿Por qué? Esta estúpida pregunta me está volviendo loca.
Y aquí estoy ahora, en la azotea del instituto en el que nos conocimos. Ayer viniste a mi clase y hablaste conmigo. “Cariño, te quiero, volvamos a salir” te dije que si casi sin pensarlo bien. Fuimos a tu casa y allí me tumbaste en el sofá mientras me acariciabas y besabas como no lo habías hecho en ese año que salimos juntos. Realmente pensé que me querías. Cuando acabamos me miraste y me hiciste una sonrisa burlona, en seguida llamaste por el móvil a alguien. Eres lo peor. Ni siquiera esperaste a que yo no te escuchara: “Sí. He ganado la apuesta.”No podía creer lo que escuchaba. ¿Tanto me odias? ¿Por qué me odias tanto?
¿Por qué me tratas como un objeto? Aunque esté aquí arriba no tengo el suficiente valor para tirarme. ¿Por qué soy tan débil? Siempre pienso cosas como ésta. Pienso que si me suicido se acabarán los problemas. Acaricié mi vientre y le susurré: “Sí, tienes razón, no me suicidaré, tengo que cuidarte y asegurarme de que te educo bien para que no seas como tu papá” me di la vuelta y entré al instituto mientras una lágrima se derramaba por mi mejilla. Después de todo, por mucho que me pregunte “¿Por qué?” nada va a cambiar.